martes, 6 de septiembre de 2011

La trayectoria artística de Abd Víctor Parte 3

Al principio vine con dinero y con pasaporte en regla, pero después de siete meses el pasaporte caducó y el dinero también. Ahora (hablaba en Abril de 1983) he conseguido que me den la residencia en España y ¿qué más quiero?

Cuando llegué había aquí, en Zaragoza, unos cuantos chicos de mi ciudad, pero se fueron marchando porque terminaron la carrera, y ahora hay poca gente. No mantengo demasiado contacto con ellos, no tengo tertulias ni cosas así porque…, bueno, yo no soy estudiante de medicina, no tengo relación con ellos; la mayoría están casados, tienen hijos… Además hay muchas diferencias en formas de pensar, porque para ellos la pintura no significa nada y yo todo lo que he hecho en mi vida es pintar” (5).

Su primera exposición española tiene lugar en Monzón, en la sala de Ayuntamiento. Se matricula, a fin de formalizar sus estudios artísticos en España, en la Escuela de Artes de Zaragoza, donde sólo asiste a clase durante cuatro meses. Su verdadera escuela española será el Prado, museo que visita con frecuencia y donde aprendió a conocer a fondo la pintura de los grandes maestros.



Pero es la propia sala de la Escuela donde realiza su segunda exposición española y primera zaragozana, en febrero de 1981(días 23 al 27). Allí muestra óleos y algunos dibujos a tinta china y lápiz. “Es fácil apreciar –decía una nota de “Hoja del Lunes” (6)- la clara corriente oriental en la que se desenvuelve: luces, colores, vestidos típicos”. EL crítico Angel Azpeitia, en la que sería su primera crítica española (7), señala esta corriente de su pintura aunque niega su carácter folklórico y subraya el que será uno de los valores más acusados de la obra de Abd Víctor, el simbólico: “El exotismo le proporciona algunas notas atractivas, como cuando describe los motivos ornamentales en las vestiduras de su tierra.

Pero la obra no es precisamente folklórica, y se mueve más bien por símbolos. El agua, los pájaros o el sol, todo lo bueno, en fin, pretende referirse a un renacer, a una renovada libertad”.

Destaca también que “el uso de colores fosforescentes, dentro de una esquematización formal, trae recuerdos de vidriera”.
Ese mismo año, el 1 de diciembre, inaugura una exposición de unas treinta y cinco obras (20 óleos y 15 dibujos) en la Casa de Cultura de Ortuella, la población minera vizcaína, organizada por la comisión de cultura de la localidad, y que fue presentada por Gregorio San Juan, presidente de la Sociedad “EL Sitio”. Fue una muestra extraordinariamente bien acogida, en lo que sin duda influyó la juventud del pintor, 22 años, y su procedencia siria: la “Gaceta del Norte”, “El Correo Español. El Pueblo Vasco”, “La Hoja del Lunes”, de Bilbao, “El minero” (Boletín informativo del Ayuntamiento de Ortuella”, se hicieron eco del acontecimiento.

 A.C., en “La Hoja del Lunes” (8), señalaba que “La obra pictórica de ABd Víctor ha evolucionado de un realismo a formas simbólicas en las que el artista expresa su concepto y deseo de la libertad, en una búsqueda irrenunciable que le hizo marchar de Siria y llegar circunstancialmente a España. Rasgos y colores orientales (verde, rojo, lila, azul) llena de lirismo sus lienzos, en óleo y tinta china”.
El comentario subraya el interés de contemplar una pintura alejada de los cánones estéticos europeos, tan diferentes a los nuestros y señalaba las razones de su venida a nuestro país, hacía casi dos años, ante las dificultades para trabajar en Siria: “Es muy difícil seguir como pintor en mi país –declaraba allí Abd Víctor-. No hay libertad. El país vive en un círculo militar cerrado. No quieren a los artistas”. Y comentaba el autor del artículo, “Su pintura representa la huida hacia nuevos mundos de libertad, con esa ingenuidad un poco perversa de un dibujo casi infantil, que es a la vez un soplo de frescura para las corrientes pictóricas de nuestra estancada cultura”. Afirmaba además A. C. que el pintor había realizado en los últimos tiempos diversas ilustraciones para libros infantiles y de poemas, “motivo por el que ha venido a Bilbao”.

Notas

5) Begoña Pueyo: "Abd Víctor, un pintor sirio afincado en Zaragoza", Hoja del Lunes, Zaragoza, 4-IV-1983.

6) 23-II-1981

7) Heraldo de Aragón, 1-III-1981

8) Bilbao, 30-XI-1981. "El pintor sirio Abd Víctor busca la libertad perdida"

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